miércoles, 1 de diciembre de 2021

Efemérides

15 enero 1965, llegan los F-104 

21 enero de 2001, se incorporan los F-18 al Ala 46 en Gando, Gran Canaria 

22 enero 1926 Se inicia en Palos de la Frontera el raid del Plus Ultra hasta Buenos Aires

2 febrero 1946 Creación de la Escuela de Transmisiones

8 febrero de 1971, llegan los Canadair CL-215 al Ejército del Aire para rescate y extinción de incendios

10 febrero 1970  Se firma la adquisición de los Mirage 3E/E y 3D/E

23 febrero 1956 entrega de material norteamericano

3 marzo 1958 llegan a la Academia General del Aire las primeras Becchcraft T-34 Mentor

8 marzo 1985 Último vuelo del T-33 Lockheed Shooting Star 

Retirada de los Dornier Do-24T3. El 17 de marzo de 1970

11 de marzo de 1947 se dan de alta en el E.A. los dos primeros C-47 Dakota

17 marzo 1980 entrega oficial de nuestros queridos aviones C-101 al Ejercito del Aire y a la Academia General del Aire

El 24 de marzo de 1954 llegan a la Base de Talavera la Real los seis primeros Lockheed T-33, E.15 en la codificación del Ejército del Aire.

24 marzo vuelo del Jesus del Gran Poder

26 de marzo HOY CELEBRAMOS EL 50 ANIVERSARIO DEL PRIMER VUELO DEL CASA C-212 AVIOCAR





11 noviembre 1983 Primer vuelo del CASA-Nurtanio CN-235

15 de noviembre de 1980, retirada del HA-200 Saeta y el Dornier Do-28


18 noviembre

30 noviembre 2021
1 diciembre


6 diciembre

10 diciembre 1926

10 diciembre 1953


29 diciembre 1954
















sábado, 20 de noviembre de 2021

Despega un CRJ -1000

Despegue del Mitshubisi CRJ-100 EC-MJP, desde Noain-Pamplona con destino Madrid Barajas, terminal 4.


jueves, 30 de septiembre de 2021

Pilatus PC-21 parte 3: entrega de los primeros aviones al Ejército del Aire

Viene de Pilatus PC-21 parte 2 

Al fin se supo la fecha de entrega de los dos primeros Pilatus PC-21 al Ejército del Aire desde la empresa Pilatus Aicraft: el 14 de septiembre llegarían a San Javier, procedentes de Stans (Suiza)

La Base Aérea de San Javier está enproceso de remodelación para acoger a los nuevos aviones de entrenamiento: actualización de los hangares de mantenimiento y estacionamiento cubierto, construcción del centro de entrenamiento integrado. El SEADA ha instalado los refugios para los aviones y evitar la larga exposición al calor y al sol

El día 14 de septiembre, martes, a las 8,30 (6,30 UTC) despegaron de Stans el E27-01 y el E27-02. A los mandos de los aviones estaban dos pilotos de Pilatus y en asiento trasero un piloto del Centro de Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX) y otro de la Academia General del Aire de San Javier. La entrega formal de los aviones sería más adelante.

Primero uno y el otro a considerable distancia sobrevolaron los departamentos franceses de los alpes bordeando la cordillera para llegar alrededor de la 10,00 h a Perpignan


Se despegó de Perpignan a las 11,30 h, a las 12,25 sobrevolaron la zona de Barcelona

Finalmente llegaron a San Javier a las 13,31 h








Los pilotos españoles son recibidos por el Teniente Coronel José María Alonso, Jefe de Estudios de la Academia, los de Pilatus por directivos de su empresa.



El día 4 de octubre llegaron los PC-21 matrícula E-27 06, 07 y 08




Y, al día siguiente, ya están haciendo vuelos de prueba

lunes, 27 de septiembre de 2021

Pilatus PC-21 parte 2: la elección del avión

Viene de la parte 1

El jueves 30 de enero de 2020 La Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y la empresa Pilatus Aircraft Ltd. firmaron un acuerdo por más de 200 millones de euros para la compra de 24 aviones PC-21 que sustituirán a los C-101 utilizados desde hace 40 años, según informó el fabricante de aviones de entrenamiento militar de Stans, Suiza.

El Ejército del Aire español es la tercera fuerza aérea europea (tras Suiza y Francia) en optar por el PC-21 fabricado en Suiza, el entrenador Next Generation

altamente eficiente para proporcionar entrenamiento avanzado a los futuros pilotos militares españoles

El contrato comprende un sistema de entrenamiento integrado; incluye simuladores desarrollados y producidos por Pilatus, repuestos y soporte logístico además del avión PC-21.

Oscar J. Schwenk, presidente de Pilatus, declaraba su entusiasmo con esta venta como pequeño fabricante de aviones como prueba de que con el PC-21 pueden ofrecer el mejor sistema de entrenamiento del mundo.

Durante años, se creía que los turbopropulsores monomotor nunca reemplazarían a los entrenadores a reacción. Pero con los problemas económicos, las fuerzas aéreas están buscando nuevas formas de administrar y mantener sus sistemas complejos en condiciones listas para la misión.

Buscando apoyar este cambio, Pilatus desarrolló servicios relacionados con el rendimiento específicamente diseñados para el sistema de entrenamiento PC-21

El PC-21 proporcionará a España el sistema de formación más avanzado, una plataforma rentable y ecológicamente viable. Se ha demostrado con otros clientes que el coste por entrenamiento de un piloto militar se reduce en más del 50% con el PC-21: requieren menos combustible, el cuadro digital y con pantallas es similar al de los aviones operativos actuales, lo que reduce la estancia en Unidades de Conversión Operativa.  

Fuerzas aéreas de todo el mundo han elegido la plataforma de entrenamiento creada por Pilatus. Son, con el pedido para España, 235 PC-21 vendidos a nueve fuerzas aéreas, incluidas las de Singapur, Suiza, Emiratos Árabes Unidos, Francia y Australia

Después de 35 años de servicio, los futuros alumnos de piloto harán sus prácticas de vuelo en la carlinga del Pilatus PC-21. El fabricante Pilatus, con sede en Suiza, desarrolló el primer prototipo del PC-21 a finales de los años 90 produciéndose el primer vuelo de la aeronave en julio de 2002.

Esta aeronave es una de las más modernas en su clase y ha sido elegida por fuerzas aéreas de todo el mundo para el entrenamiento de los alumnos piloto. El pedido total de aeronaves para España asciende a 24 a entregar entre 2021 y 2022.




El valor que tiene el Pilatus PC-21 es que permite un entrenamiento completo de los pilotos a un coste notablemente menor que en un avión de reacción tradicional, como es el C-101. Y no solo por la cantidad de combustible, si no también por un menor coste de mantenimiento.

                               Cabina del PC-21 foto Pilatus Aircraft

Especificaciones, 

El Pilatus PC-21 cuentan con un par de tripulantes (piloto e instructor, normalmente),

Peso vacío de poco más de 2 toneladas

Peso máximo al despegue que puede llegar a los 4.250 kilogramos en la operativa normal (3.100 kilogramos en modo 'acrobático').

El motor es un Pratt & Whitney Canada PT6A-68B que desarrolla 1.600 caballos de potencia. El modelo raíz del motor se creó en los años 60 y ha ido en constante evolución hasta nuestros días, siendo uno de los más fiables.

Velocidad máxima de 685 kilómetros por hora y una autonomía de 1.300 kilómetros.

Personal del Ejército del Aire en las instalaciones 

de Pilatus PC-21 Ministerio de Defensa Omicrono

Primer vuelo del PC-21 del Ejercito del Aire.

El 16 de diciembre de 2020 el primer Pilatus PC-21 del Ejército del Aire despegó desde el aeropuerto de Buochs ubicado en el cantón de Nidwalden (Suiza) y donde se encuentra la compañía Pilatus Aircraft Ltd


La aeronave con los colores del Ejercito del Aire de color gris y los bordes de las alas, morro y cola de color rojo. También se observa en la cola de la aeronave la matricula militar E.27-01-10239 (E designación española de entrenador y 27 numero correlativo correspondiente al ultimo que es el E.26 del T.35 Tamiz). Lleva en el fuselaje la matricula suiza HB-HWA, ya que se encuentra en fase de pruebas. La cual perdurara hasta que sea entregado oficialmente al Ejército del Aire.

Anteriormente los días 5 y 9 de diciembre desde el mismo aeropuerto y en los exteriores de la factoría de Pilatus, se pudo ver dos PC-21 de nuevo con los colores del EdA y con las matriculas e indicativos (aunque estos últimos tapados) E.27-01-10239 / 792-01 y el E.27-05-10243 / 792-05.

 

A principios de 2021 ya se supo la fecha definitiva para el comienzo de las clases con el nuevo avión Pilatus PC-21, que sustituirá a los c-101

Después de varios retrasos, el último por la pandemia, las primeras 6 unidades llegarán tras el verano y estarán listas para el curso 2022, un año después de lo previsto. En verano de ese año acabará el último curso con el C-101 “Mirlo”.

En la AGA comenzaron a ver la luz al final del túnel, pues tenían el temor de que la nueva aeronave no estuviese lista antes de que se dieran de baja las anteriores



Foto Ejército del Aire

8 pilotos y 26 mecánicos de la AGA se desplazan este año en dos tandas: mayo a agosto y agosto a octubre para recibir los cursos de formación. Posteriormente se encargarán de instruir a sus compañeros de San Javier.
Foto Ejército del Aire

Entre tanto está previsto que lleguen las primeras 6 unidades adquiridas de un avión bautizado como E-27. Está previsto que en noviembre de 2021 se hayan recibido 13 de estos aparatos

Foto Ejército del Aire

En 2022 se cumplirán varios hitos: se recepcionará el total de aviones, cuando acabe el curso 2021-2022 dejará de utilizarse para la enseñanza el C-101. Todos de golpe no, los que tengan potencial de horas de vuelo podrían quedar para misiones de entrenamiento a disposición del Mando Aéreo de Combate (MACOM) o de la Patrulla Águila. Dependiendo del tipo de misiones podría extenderse más o menos en el tiempo el final de la flota.

En septiembre de 2022 se estrenará el Pilatus PC-21 en la fase de enseñanza básica en vuelo. Se sabe que este relevo forma parte de un ambicioso programa para adaptar la enseñanza a los estándares del siglo 21




Mientras en San Javier (Murcia) se preparan para acoger al nuevo inquilino invirtiendo 6,5 millones de Euros para adecuar las instalaciones: hangar 6 como aparcamiento cubierto; derribo de un edificio para construir otro que albergue los simuladores y varias aulas

    Foto Ejército del Aire

Continua en:  Pilatus PC-21 parte 3: entrega de los primeros aviones al Ejército del Aire


Pilatus PC-21 parte 1: necesidad de un avión entrenador nuevo

Ya en abril de 2017 se supo que la sustitución de los C-101 Aviojet como avión de enseñanza en la Academia General del Aire estaba cerca https://mirlos-gallos-y-halcones.blogspot.com/2017/04/retirada-del-e-25-c-101-aviojet.html

Se daba un plazo de 2 años, según INFODEFENSA, quien aseguraba que se estaban teniendo conversaciones con las empresas Textron, Pilatus, Embraer y Korean Aerospace Industries, para elegir el avión que mejor se adaptase a las necesidades de enseñanza. Teniendo como opción más óptima un Sistema Integrado de Enseñanza (Integrated Training System) formado por un avión, sistema de simulación en tierra y un sistema informático de apoyo a la enseñanza.

Dos años después, en abril de 2019 se aprobó una partida de 225 millones de euros para acometer la sustitución del material actual, cuya vida útil terminará entre 2021 y 2022. Si bien no se había decidido cuál sería, todo apuntaba hacia el T-6 Texan o el PC-21 Pilatus. Estos dos son los que más atraían el JEMA (Jefe del Estado Mayor del Aire) General del Aire Javier Salto, quien advirtió anteriormente que "Ya no se puede alargar más la vida del C-101".

    C-101

Se pretendía adaptar la formación a las tecnologías de los aparatos operativos. Eso ahorraría horas de vuelo en las Unidades de Conversión Operativa.

El Ejército del Aire siempre ha apoyado que el avión de entrenamiento fuese de fabricación española, pero esta opción debería haberse iniciado hace años, de iniciarse ahora no llegaría hasta 2026. La urgencia era adquirir al menos 20 unidades cuanto antes. La partida se abonará en tres anualidades de 75 millones desde 2020

Para la compra de este nuevo sistema de armas se modificaron los límites en la ley general presupuestaria 47/2003 para adquirir compromisos de gasto con cargo a ejercicios futuros

En agosto de 2019 se supo que las primeras 6 unidades que tenían que llegar a principios de 2020 no llegarían hasta finales de 2021.

El Ejército del Aire había fijado en su calendario septiembre de 2021. A partir de ese momento, no podrá continuar proporcionando entrenamiento básico a los alumnos de la Academia General del Aire de San Javier (Murcia) con los actuales aviones CASA «C-101», a punto de cumplir su vida útil tras casi 40 años de servicio.

El 28 de mayo ya estaba listo el Pliego de Prescripciones Técnicas, firmado por el Director Técnico del Programa, coronel Manuel Rodríguez Pardo del Castillo, 29 páginas donde se detallaban los requisitos y plazos que marcaba el E.A. para 24 aviones turbohélice a adquirir entre 2020 y 2022. El plan disponía que las primeras unidades llegarían en marzo de 2020: 6 aviones un simulador de cabina un simulador de vuelo y repuestos para 22.600 horas de vuelo en 2 años, y la obligación del constructor de formar a 6 pilotos y 20 mecánicos para mantenimiento de la aeronave.

El 12 de julio el Consejo de Ministros autorizaba la celebración del contrato, dejando claro que antes de 2021deberían entrar en servicio un número de aviones y el sistema de entrenamiento en tierra. Sin embargo el 31 de julio la Subdirección General de Programas del Ministerio de Defensa se vio obligada a modificar, por un error en el “Pliego de Prescripciones Técnicas”, el plan de entregas y aspectos relativos a la formación: 8 pilotos en lugar de 6 y la redacción de los materiales para el curso será en inglés y no en español. Los primeros aviones no llegarán hasta finales de 2020 y los repuestos solo cubrirán 17.200 horas de vuelo.

Estos son algunos de los requisitos que exigió el Ejército del Aire: 

Hasta 30 segundos invertido y con humo para acrobacias

-Velocidad máxima indicada: entre 370 km/h y 425 km/h a una altitud de 7.600 metros y con medio depósito.

-Techo de servicio: entre 7.600 y 9.150 metros.

-Alcance: entre 800 Y 1.020 km a una velocidad máxima de 370 km/h y con unos 120 kg de combustible.

-Autonomía: entre hora y media y 2 horas a una velocidad de entre 370 y 425 km/h.

-Factor de carga límite: entre +8 y -3Gs.

-Tiempo en vuelo invertido: de 15 a 30 segundos.

-Otros sistemas: dará más puntos al que ofrezca un sistema de humos para acrobacias (para la Patrulla Águila) o un sistema de oxígeno a bordo.

El 26 de noviembre se anunció en la Plataforma de de Contratación Pública la adquisición de 24 aviones turbohélice de entranamiento Pilatus PC-21 para reemplazar los reactores C-101, confirmando la tendencia mundial para que aviones de entrenamiento tengan éxito con turbohélice de alto rendimiento. La relación calidad/precio era mejor que sus competidores el Texan T-6 y el Embraer Super Tucano. El Ministerio de Defensa ni el Ejército del Aire aún no lo habían anunciado.

Pilatus proporcionará 24 aviones de entrenamiento PC-21 más eficientes y mejor adaptados y su Sistema de entrenamiento integrado (ITS) a un costo de € 204.75 millones, casi el 10% para menos del presupuesto de 225 millones que fue autorizado para la adquisición.


El ITS incluirá un instructor de eyección de emergencia, dos simuladores de cabina y dos simuladores de vuelo conectados a la red, así como un paquete logístico inicial.

El cronograma de entrega:

-Los primeros C-101 se retirarán de septiembre de 2021 a 2027. 

-Los primeros seis PC-21 y un simulador deben entregarse antes de marzo de 2020 para permitir la capacitación de los primeros ocho instructores. El PC-21 se conocerá como E.27 en el servicio español.

El PC-21 reemplazará inicialmente al T-35 Tamiz para el entrenamiento de vuelo elemental y al C-101 para el entrenamiento básico, pero aún no se ha tomado la decisión de reemplazar los C-101 y F-5B restantes utilizados para el entrenamiento. avanzado.

Los seis primeros PC-21 deberían llegar el mes de marzo 2.020, de acuerdo con la adjudicación de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), aunque el mes de agosto de 2019 se modificó el contrato y se estimó que llegarían "antes del 31 de diciembre de 2020". Los siguientes se irían recibiendo posteriormente, lo que permitiría al Ejército del Aire retirar a sus actuales C-101, lo que estaba previsto que ocurriría en septiembre de 2021. Así, esta solución debería alcanzar la capacidad operativa inicial para la enseñanza básica en el curso académico 2021-2022.

Siguiente fase: formación avanzada de caza y ataque

Posteriormente, el Ejército del Aire deberá acometer la actualización de la fase de formación avanzada de caza y ataque (fases III y IV), como siguiente prioridad en el nuevo modelo de formación integral en vuelo que se diseñó. En esta segunda parte figura la baja prevista de la flota de 19 aviones F-5 con la que seguía contando, lo que está previsto que ocurra a partir de 2028, por lo que la nueva solución elegida debería implementarse a partir de 2025.

Continúa en la parte 2

Enlaces:

El Gobierno destina 225 millones para un nuevo avión de entrenamiento del Ejército (larazon.es)

225 millones para comprar el nuevo avión entrenador del Ejército del Aire - BuckerBook Blog

El futuro avión de entrenamiento del Ejército se retrasa antes de «despegar» (larazon.es)

En agosto de 2019 se supo que las primeras 6 unidades que tenían que llegar a principios de 2020 no llegarían hasta finales de 2021.

Defensa Sur - España compra 24 aviones turbohélice Pilatus PC-21 por € 205 millones

Los seis primeros PC-21 deberían llegar el próximo mes de marzo, de acuerdo con la adjudicación de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM),

El jueves 30 de enero de 2020 La Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y la empresa Pilatus Aircraft Ltd. firmaron un acuerdo por más de 200 millones de euros para la compra de 24 aviones PC-21

Después de 35 años de servicio, los futuros alumnos de piloto harán sus prácticas de vuelo en la carlinga del Pilatus PC-21

domingo, 5 de septiembre de 2021

Victor Belenko y su MiG 25

6 septiembre 2.021

CONTEXTO

Hace 45 años, el 6 de septiembre de 1976, a las 6,45 de la madrugada hora de Europa, el piloto soviétivo Victor Belenko despegó con su MiG-25P desde la base de Sokolovka para realizar un entrenamiento rutinario. Sin embargo 3 horas más tarde el caza fue dirigido al aeropuerto de Hakodate (isla de Okkaido, Japón).
Tres días más tarde Belenko fue llevado a U.S.A. donde se asiló políticamente. El avión fue devuelto a la URSS 70 días después tras un minucioso exámen.
Para poder entender el contexto político en el que ocurrió este insólito hecho, hay que tener en cuenta que solo pasaron 15 años de haber superado la crisis de los misiles en Cuba, pero con la Unión Soviética siguiendo con su carrera nuclear, el mundo aún respiraba en vilo el ambiente a Guerra Fría, y el continente europeo dividido en dos partes: por un lado se tenía a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) integrada por casi todos los países europeos y por otra parte el Bloque Este llamado Pacto de Varsovia liderado por la Unión Soviética, diseñado para contrarrestar las amenazas del lado Oeste.

EL AUTOR
Viktor Ivanovich Belenko: piloto militar soviético, nacido el 15 de febrero de 1947 en Nalchik (Rep. Kabardino-Balkaria), de familia ucraniana. Se graduó en la Escuela Superior Militar de Aviación de Armavir.  Sirvió como piloto instructor de MiG-17 en la Escuela Superior Militar de Aviación para Pilotos y Navegantes de defensa aérea de Stavropol, siendo mas tarde transferido como piloto al Regimiento de cazas 513.


El Teniente en Aviación Viktor Ivanovich Belenko, a su joven edad de 21 años pasaba a formar parte de la élite de los pilotos soviéticos destinados a la defensa aérea. Nadie dudaba de la exitosa carrera que le esperaba a Viktor Belenko como piloto, de hecho era uno de los mejores de su unidad y hasta se desempeñaba como instructor de vuelo.
Como todo piloto de élite, Viktor Belenko esperaba que el gobierno soviético lo tratase de acuerdo a su estatus, pero la realidad estaba muy distante a lo que el joven piloto esperaba de su amada madre patria. En aquel entonces la prestigiosa Fuerza de Defensa Aérea de la Unión Soviética (VVS) estaba plagada por la corrupción y la miseria, hasta tal punto en que el alcohol necesario para el mantenimiento de los aviones era consumido como bebida alcohólica por el personal militar e incluso vendido en el mercado negro en donde se pagaba una buena suma, ya que su alto grado de concentración por encima del vodka lo convertía en muy codiciado. Fue así que Belenko en su desesperación solicitó su transferencia para ser parte del prestigioso Regimiento de Cazas 513 dentro de la Undécima Fuerza Aérea Soviética, enmarcado en las Fuerzas de Defensa Aérea Soviéticas. Prestaba servicio en la base de la localidad de Chuguyevka, Krai (Territorio) de Primorie, en el extremo oriente ruso. La División de los MiG-25 estaba destinada a la protección de las fronteras; una unidad a donde solamente los mejores entre los mejores pilotos podían acceder. 
Belenko, de carácter honesto y recto, pensó que finalmente en esa unidad encontraría a los verdaderos pilotos que servían a la amada Unión Soviética con patriotismo; pero fue en ese lugar en donde percibió que la patria ideal equitativa, promovida por el gobierno soviético, era solo una falacia creada por la propaganda comunista.
Viktor Belenko había sido un ciudadano soviético modelo.
Pero Belenko estaba desencantado.
Era padre y se enfrentaba a un divorcio. Y había comenzado a cuestionar la naturaleza de la sociedad soviética, y si EE.UU. era realmente tan malvado como el régimen comunista sugería.
"La propaganda soviética de esa época lo presentaba como una sociedad podrida que se estaba derrumbando", le dijo Belenko a la revista Full Context en 1996.
"Pero yo tenía muchas interrogantes en mi cabeza".
Y Japón quedaba sólo a 644 kilómetros.
El nuevo MiG podría volar rápido y alto, pero sus dos motores gigantes hacían imposible que pudiera llegar muy lejos; desde luego, no lo suficiente como para tocar tierra en Estados Unidos.

LA HAZAÑA
La preparación
Fue así que Viktor Belenko empezó a diseñar su deserción y posterior solicitud de asilo al gobierno norteamericano llevando consigo como “obsequio” al poderoso MiG-25; pero eso no era una tarea simple, ya que la autonomía del caza era muy reducida y llegar con él hasta las costas de los Estados Unidos era totalmente imposible por lo que tuvo que cambiar su objetivo, eligiendo la base aérea de Chitose en la isla de Hokkaido en Japón, que era aliado de los Estados Unidos y se encontraba dentro del rango de autonomía del MiG-25. Pero aun así, su plan necesitaba reunir ciertas condiciones para llevar adelante; una de ellas era esperar el día de práctica de lanzamiento de misiles ya que eran los únicos días en donde los MiG-25 eran abastecidos completamente con combustible, además como la práctica se realizaba en formación de tres aviones cada escuadrón, debía esperar a ser colocado en la retaguardia para poder así escapar de sus compañeros sin ser percibido y, finalmente, volar a muy baja altura de la superficie del mar para así eludir los radares soviéticos entre otros.
Afortunadamente no tuvo que esperar mucho, ya que a solo cuatro semanas de haber ideado su plan, llegó el día en que todas las condiciones se juntaban, bueno, casi todas.


El día deseado 
Era el día 6 de septiembre, ese día varios aviones MiG-25 despegarían para una práctica rutinaria de lanzamiento de misiles; todos ellos fueron abastecidos con tanques llenos de combustible, y Belenko formaba parte del escuadrón que volaría en la retaguardia de las otras aeronaves. El reloj de la base marcaba las 12:25 del mediodía cuando los MiG-25 despegaron desde la base aérea de Chuguyevka en el extremo oriente siberiano.

Un poco de fantasía:
Conectando su radio, Belenko habló a la torre de control. 
-“Este es el número cero-seis-ocho. Solicito permiso para arrancar motores".
La torre respondió rápidamente. 
-"Número cero-seis-ocho, tienes permiso para arrancar motores".
-"Entendido. Ejecutando ”, dijo Belenko, saludando a su ingeniero de vuelo, quien retrocedió por la escalera, ordenó a la tripulación de tierra que retirara las cubiertas del motor y señaló que los sistemas hidráulicos estaban funcionando. Cuando Belenko pulsó los interruptores y presionó los botones, los motores produjeron un suave gemido que pronto se convirtió en un rugido. 
-"Cero-seis-ocho"-Belenko llamó por radio a la torre-"Solicito permiso para rodar".
-"Cero, seis y ocho, tienes permiso".
-"Entendido. Estoy ejecutando ".

Belenko llevó el MiG-25 hasta el final del circuito de taxi a aproximadamente media milla de distancia. Cuatro MiG estaban delante de él, y tuvo que esperar hasta que una luz verde lo autorizara a girar hacia la pista. 
-“Cero-seis-ocho pide permiso para despegar".
-"Cero-seis-ocho, tienes permiso".
-"Entendido. Estoy ejecutando ".
Dudó unos segundos para mirar una vez más a los bosques circundantes. Por encima de todo lo demás en su tierra natal, amaba las extensiones escarpadas y abiertas y los bosques donde había vagado desde la infancia. Allí podía explorar, descubrir y meditar, estar solo con una chica o consigo mismo. Sólo allí y en la cabina se había sentido libre. Bajo la brillante luz del sol, las hojas se volvían de cobre, oro y rubí, y pensó que el bosque nunca había parecido más majestuoso, nunca más impermeable y antitético a la miseria humana.
Con el encendido del postquemador, el avión vibró, se sacudió y se movió hacia adelante.
-"Cero-seis-ocho, tienes postquemador"-confirmó la torre-"Buen vuelo".

Belenko soltó los frenos exactamente a las 12:50 p.m, el MiG recorrió la pista y en quince segundos estaba en el aire. Mientras estaba aún peligrosamente bajo, quitó el postquemador prematuramente para conservar combustible, que era precioso, tan precioso que con mucho gusto habría cambiado parte de su propia sangre por combustible extra. También para conservar, ascendió más lentamente de lo normal a 24.000 pies (8.000 metros) y tardó cinco minutos en lugar de los cuatro normales para ingresar a la Zona de Entrenamiento Nº 2 en un rumbo de 090 grados. Al comenzar el amplio giro de 360 grados que los controladores de tierra esperaban de él, vio muchos otros MiG-25 en el área, totalmente armados y abastecidos. La aguja, girando rápidamente alrededor del dial de la brújula con su cambio continuo en el rumbo, mostró que rápidamente se acercaba al punto de no retorno. Al completar el círculo tendría que proceder con el vuelo programado, o con el suyo.
A los 6 minutos de haber partido ya estaban volando a una altura de 9.000 metros; en ese momento por la mente de Belenko pasaban todo tipos de imágenes que hacían referencia a un posible fracaso, hasta llegó a pensar en desistir pero finalmente decidió que llevaría a cabo su audaz plan de fuga.Todavía puedes regresar y nadie lo sabrá. Si vas, es para siempre. Voy.
Ahora comenzó su propio plan de vuelo secreto.
De vuelta al rumbo 090, dejó que el avión se deslizara hacia abajo, con la esperanza de que el descenso fuera tan gradual que los controladores de radar no se dieran cuenta de inmediato.
Lentamente, Belenko redujo la velocidad de su MiG-25 como también bajaba de altitud, cuando finalmente apuntó la nariz de su caza hacia abajo para hacer pensar que se estaba estrellando y así no levantar sospecha. En aquel entonces el MiG-25 volaba a una velocidad de 800 km/h esquivando los obstáculos en la superficie

A 19.000 pies, Belenko repentinamente movió el stick hacia adelante y hacia la izquierda y hundió el MiG en un picado con potencia hacia el suelo de un valle enfrente de él, atronando y lanzándose hacia abajo de manera que la Tierra parecía saltar directamente a su cara hasta que él logró nivelarse a 100 pies. Nunca había intentado un picado así, ni había intentado volar un MiG-25 tan bajo, ya que por debajo de los 1.000 pies el aparato era torpe y difícil de controlar. Sin embargo, por el estudio de las tácticas estadounidenses en Vietnam, sabía que a 100 pies estaría a salvo de la cobertura de los misiles SAM (misiles tierra-aire) y las baterías antiaéreas emplazadas en los picos del valle y que estos picos erizados lo ocultarían del radar.
Metiendo gases, atravesó el valle y en dos minutos salió disparado sobre el Mar de Japón. Presionó un botón de emergencia que comenzó a transmitir una señal continua que indicaba que su avión estaba a punto de estrellarse. Después de unos cuarenta segundos apagó la señal para persuadir a todos los que escuchaban en la frecuencia de socorro que se había estrellado. Simultáneamente, apagó su radar y todos los demás equipos cuyas emisiones electrónicas podrían rastrearse. Por último, apagó su radio, a pesar de que no emitía emisiones. No quería verse afectado o distraído por lo que podrían estar diciendo, lo que podrían estar haciendo, cómo lo podrían estar persiguiendo. Necesitaba ahora concentrarse pura e intensamente en las ecuaciones de combustible, velocidad, altitud, tiempo y distancia, que calculó principalmente en su cabeza, ayudado solamente por un lápiz y una libreta. Quizás el uso del ordenador de la cabina hubiera sido más práctico y eficiente. Pero estaba decidido, como lo había hecho en todas las crisis de su vida, a confiar, confiar solamente en sí mismo.

Para evadir la detección por parte de los radares de largo alcance en tierra y los barcos soviéticos portadores de misiles que patrullan en alta mar, Belenko voló tan bajo que dos veces tuvo que desviarse para evitar golpear a los barcos de pesca. Solamente cuando percibió que las olas estaban subiendo tan alto que podría chocar contra una, subió a una altitud ligeramente más segura de 150 pies.  
Una vez sobre el Mar de Japón voló a tan sólo 30 metros de la superficie del mar. Era su primer vuelo rasante, por lo que no calculó o mejor dicho desconocía que volar a tan baja altura implicaba mayor consumo de combustible, por lo que no tuvo otra que aumentar nuevamente su nivel de vuelo para economizar su combustible que ya estaba muy bajo.
Junto con el aumento de las olas, se encontró con cielos cada vez más oscuros y lluvias torrenciales que azotaron el avión y presagiaron un peor clima por delante. Sus cálculos mentales lo presagiaron mucho peor. A nivel del mar, el MiG estaba devorando combustible a una velocidad fatalmente glotona, muy superior a las estimaciones previas al vuelo. Los nuevos cálculos rápidos produjeron los mismos resultados sombríos. A menos que redujera drásticamente el consumo de combustible de una vez al establecerse a una altitud de al menos 20.000 pies, nunca tocaría tierra. Sin embargo, no había volado lo suficientemente lejos como para subir de manera segura a esa altura. Todavía estaría al alcance de los radares soviéticos y los SAM. También podría ser detectado en los radares de otros aviones soviéticos encargados en rescatarlo, si hubiera sobrevivido a un accidente en el mar, o para derribarlo, si aún estuviese en el aire.

Cambio de planes
Mejor muerte posible que muerte segura, razonó Belenko, acercándose a las nubes, que rápidamente lo encerraron en la oscuridad. Había volado en dirección suroriental, calculando su camino hacia Hokkaido, la más septentrional de las islas japonesas y la más cercana a su base. Aproximadamente a la 1:20 p.m. -solamente treinta minutos después del despegue- supuso que se estaba acercando al espacio aéreo japonés y a la intercepción de los cazas Phantom de la Fuerza de Autodefensa Aérea japonesa. Para indicar la falta de intención hostil y facilitar la intercepción, aceleró los motores y se deslizó hacia Japón. En cualquier momento esperaba liberarse de las nubes y salir al claro, donde los Phantom podrían verlo.
Durante años le habían enseñado a temer y luchar contra estos aviones creados por los estadounidenses. Ahora los esperaba como ángeles salvadores. Todo su plan de vuelo se basaba en la confianza de que los japoneses se apresurarían a interceptarlo para obligarlo a aterrizar tan pronto como se introdujera en su territorio. Sabía que los rusos tenían órdenes de disparar SAM a cualquier avión extranjero que violara el territorio soviético, y temía que los japoneses hicieran lo mismo a menos que fueran recibidos y escoltados por sus propios interceptores. Más importante aún, contó con los interceptores japoneses para llevarlo a una pista de aterrizaje segura. En un viejo mapa de Hokkaido había discernido una sola pista, la base militar en Chitose, que parecía lo suficientemente grande como para albergar un MiG-25. Quizás los japoneses lo llevasen a un aeródromo más cercano desconocido para él. De todos modos, probablemente sólo tenía suficiente combustible para llegar a Chitose si lo escoltaban allí de manera rápida y directa. Pero tendrían que encontrarlo por su cuenta porque su banda de radiofrecuencia era tan estrecha que solo podía comunicarse con otros MiG.

Tres veces durante el descenso, el MiG atravesó delgadas capas de cielo azul para ser envuelto nuevamente en remolinos de nubes grises sucias y no fue hasta que bajó a 1.800 pies que Belenko se encontró en un cielo despejado. Dio vueltas, intentando orientarse visualmente y localizar interceptores japoneses. En ninguna parte podía ver aviones. ¿Dónde están los Phantom? ¿Dónde están los malditos Phantom?
Tanto Phantom como MiG en ese momento estaban por todas partes, buscándolo desesperadamente. Su avión apareció por primera vez en las pantallas de radar japonesas como un blip no identificado a las 1:11 p.m. cuando se elevó del mar a 20.000 pies volando a alta velocidad con destino a la isla de Hokkaido. Nueve minutos más tarde, con el blip moviéndose hacia el centro de las pantallas, el comandante de la base Chitose activó el protocolo de seguridad de violación de espacio aéreo enviando a dos cazas F-4 Phantom para interceptar al invasor.
Simultáneamente, los japoneses trataron en vano de advertirlo a través de transmisiones en ruso e inglés. A la 1:22, aproximadamente cuando él mismo se imaginó, Belenko alcanzó el espacio aéreo japonés y los Phantom, vectorizados desde el suelo, se acercaron a él. Sin embargo, a la 1:26, cuando Belenko comenzó a descender en busca de un cielo despejado, su MiG desapareció de los radares, ya que, debido al empeoramiento de las condiciones atmosféricas, ya estaban llenos de reflejos confusos de las superficies terrestres y marinas. Sin más orientación desde el suelo, los Phantom volaron inútilmente en el cielo nublado. Es casi seguro que los monitores soviéticos escucharon las transmisiones japonesas para aviones no identificados, presumiblemente rusos, dirigidos hacia Japón, y concluyeron que el avión advertido era el de Belenko.
Ignorante de las acciones japonesas y soviéticas, Belenko no tuvo tiempo de conjeturar sobre lo que podría estar sucediendo. Tampoco tenía tiempo para el miedo.
Los japoneses no te van a encontrar. Al menos, ya no puedes contar con ellos. Tendrás que arriesgarte. Tienes que decidir, ahora mismo.
Por la configuración de la costa, inicialmente visible para él alrededor de la 1:30, dedujo que se estaba acercando a la península sudoeste de Hokkaido. Chitose queda al noreste, aproximadamente hacia el centro de la isla, detrás de una cadena de montañas aún envuelta en nubes. El medidor indicaba que tenía suficiente combustible para otros dieciséis a dieciocho minutos de vuelo, tal vez suficiente para llevarlo a Chitose si se dirigía inmediatamente allí. Sin embargo, si volvía a subir a las nubes y a las montañas desconocidas, perdería el control de su destino. Solamente por pura suerte podría descubrir un agujero en las nubes que le permitiría descender con seguridad y ver el aeródromo militar antes de agotar su combustible. Sin tal buena suerte, las probabilidades eran que chocara contra una montaña invisible o que tuviera que intentar un aterrizaje forzoso en un terreno imposible. Si sus propósitos hubieran sido diferentes, podría haber considerado buscar un lugar seguro hasta que se le acabara el combustible y luego eyectar. Pero para Belenko, la preservación del MiG-25 era más importante que la preservación de su propia vida y estaba decidido a aterrizar el avión intacto si había alguna posibilidad, incluso una entre mil.

Por lo tanto, decidió quedarse debajo de las nubes, volar hacia el Este pasando el extremo sur de la cordillera, luego girar hacia el Norte hacia Chitose. Reconocía que no tendría suficiente combustible para seguir este curso tortuoso hasta la base aérea. Pero mientras pudiera ver, había una posibilidad de encontrar algún lugar, un tramo de tierra plana, una carretera quizás, para intentar aterrizar.
Una luz roja de advertencia brilló en la cabina a la 1:42 y un instante después se iluminó un panel, iluminando las palabras 
-"Te quedan seis minutos de combustible". Belenko extendió la mano y apagó las luces de advertencia. ¿Por qué molestarse? Estaba otra vez sobre el agua, había cruzado la península sobre Volcano Bay, por lo que alabeó en un giro de noventa grados hacia el norte hacia la tierra, todavía volando a 1.800 pies. En línea recta vio otra masa de nubes, pero decidió mantener la altitud y sumergirse en ellas. Podrían formar solo un parche aislado y cuanto más bajo fuera, más rápido consumiría el MiG combustible y menor sería su rango de planeo.
De repente, una dulce voz femenina lo sobresaltó. Emanando de una grabación que no sabía que existía, la voz era tan tranquila como dulce: 
-“¡Cuidado, cero-seis-ocho! Su suministro de combustible se ha reducido a un nivel de emergencia. Estás en una situación de emergencia".
Belenko respondió en voz alta: 
-"Mujer, donde sea que estés, dime algo que no sepa. Dime dónde está ese aeródromo".
De hecho, Belenko tenía calculado que una vez dentro del espacio aéreo japonés iba a ser interceptado por los F-4 y guiado hasta la base aérea de Chitose para un aterrizaje controlado, ya que Belenko desconocía la ubicación de esta base aérea. Pero el excesivo consumo de combustible de su MiG-25, que no estaba entre sus planes, sumado a que no aparecían los F-4 japoneses, obligó a Belenko a confiar su destino a la suerte. En realidad los F-4 estaban a pocos minutos de alcanzar al MiG-25, pero la desesperación de Belenko por el bajo nivel de combustible lo llevó a guiar su avión a otra dirección alejándose cada vez más de los cazas japoneses por ende de la propia base aérea de Chitose, en donde tenía planeado aterrizar.
El medidor de combustible estaba vacío y Belenko supuso que, como máximo, le quedaban dos minutos. Las nubes no se habían disipado y no había nada más que hacer. Entonces apuntó el MiG-25 hacia tierra y lo desconocido.
Belenko empezó a buscar desesperadamente un lugar en donde aterrizar.
Apenas manteniendo la velocidad, Belenko deslizó el MiG-25 hacia abajo a través de la oscuridad aparentemente interminable de las nubes, cada segundo de descenso disminuía las posibilidades de éxito y supervivencia. Observó el altímetro ... 600 metros ... 500 ... 400 ... 300 ...…
-Me detendré a 150 si todavía estoy en las nubes. Más bajo sería suicidio.
A 250 metros, el mundo se iluminó; Estaba bajo las nubes y podía ver...un campo de aviación. No buscaba la base de Chitose, sino el aeropuerto comercial de Hakodate, a noventa millas al suroeste. La pista era más corta en un tercio que cualquier otra en la que había aterrizado un MiG-25 y sabía que sería imposible detenerse en la pista. Pero tal vez podría mantener el avión y a sí mismo en gran parte intactos.
Finalmente frente a los visores apareció el aeropuerto regional de Hakodate que sirve a la ciudad del mismo nombre, Belenko no tenía otra alternativa que realizar un aterrizaje de emergencia en ese aeropuerto.
Giró bruscamente a la derecha, giró unos 260 grados y comenzó a acercarse hacia el extremo sur de la pista. El vuelo rasante del MiG-25 llamó la atención de todos los habitantes de la ciudad japonesa de Hakodate en la isla de Hokkaido, dirigieron su vista a una figura inusual que sobrevolaba su espacio aéreo, aquella aeronave no era del tipo comercial que acostumbraban a ver; era nada más y nada menos que el avión de reconocimiento e interceptor de alta velocidad  MiG-25, cuya existencia solo se conocía a través de rumores, siendo fotografiado por varios testigos. 
Luego, en cuestión de segundos, tuvo que tomar una decisión insoportable. Un avión japonés, un Boeing 727, despegaba directamente hacia su trayectoria de vuelo. El medidor de combustible marcaba cero y no podía estar seguro de tener suficiente combustible para otro circuito de aproximación. 
-Si se agota el combustible y pierdo potencia durante otro giro, el avión caerá en picado como una roca de veintidós toneladas y se romperá en pedazos en su mayoría inútiles. 
Si continuaba su aproximación, podría chocar con el avión y la distancia entre este y el MiG-25 estaba disminuyendo tan rápidamente que ni el piloto comercial ni él tendrían margen para un error.
-No, no puedo hacer eso. No nací para matar a esas personas. Lo que sea que piense, no tengo ese derecho. Mejor una vida que muchas.

Tiró del MiG en el giro más cerrado del que fue capaz, permitió que el 727 despegara, descendió en un ángulo peligrosamente agudo y tocó la pista a 220 nudos. Cuando desplegó el paracaídas de frenado y pisó repetidamente el pedal del freno, el MiG se sacudió y vibró, como si fuera a descuajeringarse. Los neumáticos ardiendo, chirriaron y se deslizaron por la pista, disminuyendo la velocidad pero sin detenerse. Terminó la pista del extremo norte del aeropuerto, derribó un poste, surcó el barbecho arando la tierra durante más de un segundo y finalmente se detuvo a unos metros de una gran antena a 800 pies de la pista. El neumático delantero se había reventado, pero eso fue todo. Los tanques contenían suficiente combustible para unos treinta segundos más de vuelo. 


Belenko no experimentó ninguna emoción: ninguna sensación de triunfo, ningún alivio por estar vivo. No había melodía para la emoción, al igual que no había tiempo en el aire.
El piloto salió de la cabina del avión y disparó dos tiros de advertencia con su pistola, al tiempo que los automovilistas de una carretera cercana tomaban fotos de tan extraña visión.
En pocos minutos, los funcionarios del aeropuerto llegaron hasta él, conduciendo a través de la terminal.
Y el teniente de vuelo Viktor Ivanovich Belenko, de las Tropas de Defensa Aérea soviética, anunció su deseo de desertar.
Acaba la fantasía.


Aunque seguramente muchos de los que vivían alejados del ámbito militar a nivel internacional no se dieron cuenta, aquel 6 de setiembre podría haber sido el inicio a la temida Tercera Guerra Mundial, involucrando a las grandes potencias nucleares enfrentándose cara a cara. Afortunadamente nada de eso sucedió y el mundo siguió viviendo normalmente.

Exámen occidental del avión

Este interceptor de alta velocidad solo era conocido a través de las pocas informaciones que pudieron atravesar las duras cortinas de la Unión Soviética. El МиГ-25 o MiG-25 era una aeronave diseñada y producida por las oficinas de OKB (Mikoyan-Gurevich). Su primer vuelo fue en el año 1964, entrando en servicio seis años después; alcanza una velocidad de Mach 2,83 (3200 km/h), pero se creía que podía superar la increíble velocidad de Mach 3.6 (3.600 km/h). El avión llamó mucho la atención de las agencias de seguridad de los Estados Unidos, ya que poseía un diseño similar al caza F-15 “Eagle” que en ese momento estaba siendo desarrollado por la USAF para reemplazar a los F-105 Thunderchief. Además, se creía que por sus grandes superficies alares y grandes entradas de aire podía alcanzar altas velocidades como cualquier otra aeronave del occidente. Una superficie alar grande puede ser muy útil en un avión de combate, pues facilita el ascenso y disminuye la cantidad de peso distribuido en el ala, lo cual lo haría más ágil y fácil de girar. En pocas palabras era la aeronave desarrollada de forma ultra secreta por la Unión Soviética que intrigaba a los más altos departamentos de la agencia de seguridad de toda potencia militar.

A los militares occidentales les preocupaba una característica en particular: sus alas eran muy grandes. 

El manual de piloto que llevaba Belenko fue traducido al inglés y ayudó a pilotos e ingenieros norteamericanos para evaluar y probar las prestaciones del aeroplano. Japón sólo permitió realizar puebas en tierra de los motores Tumansky R-15 y su radar TL25 Smerch

Se desarmó y se desensambló, y se examinó minuciosamente  por ingeniería inversa, 70 días después se embaló en 30 cajas y Japón lo devolvió a la URSS con una factura de 40.000 dólares en concepto de embalaje y daños ocasionados en el aeropuerto de Hakodate.

Era la primera vez que expertos occidentales tuvieron la ocasión de ver con detalle este aeroplano, uno de los más avanzados de la URSS entonces, revelandose sus secretos.

Había sido fabricado ese año, y ensamblado rápidamente alrededor de sus dos motores turbojet y las soldaduras hechas a mano. Los remaches no estaban expuestos en las zonas de máxima resistencia aerodinámica. Estaba construído con una aleación de níquel y no titanio (solo las partes más sensibles a temperaturas altas habían sido construídas en este metal).

A medida que se desarmó todo el MiG, los motores, radar, ordenador, piloto automático, control de incendios, contramedidas electrónicas, hidráulicos, comunicaciones y otros sistemas se colocaron en bloques y soportes para análisis mecánico, electrónico, metalúrgico y fotográfico, los especialistas experimentaron una sucesión de sorpresas y conmociones.


Usaba tecnología de tubos al vacío o válvulas termoiónicas en lugar de circuitos electrónicos sólidos. La ventaja de estas lámparas de vacío es que son más resistentes a las temperaturas extremas que se tienen en el territorio ruso, como también eran fáciles de reemplazar en cualquier campo militar alejado de sus bases principales. Mientras tanto, el Teniente Belenko era interrogado por los militares para poder recabar más datos técnicos de esta aeronave, gracias a lo cual se dieron cuenta que el tan temible MiG-25 no era más que un mito temido construido a base de rumores.

Se vió que la velocidad operativa máxima apenas llegaba a 2.600 km/h; si superaba mach 2,8 los motores se sobrecalentaban y quemaban. Como sucedió al que sobrevoló Israel a mach 3,2, regresó a Egipto con los motores estropeados y el piloto tuvo suerte de poder aterrizar.

El radio de combate era de 300 kilómetros. Usando postquemadores y maniobrando para interceptar podía permanecer en el aire entre 22 y 27 minutos. En vuelo nivelado y sin postcombustión podía volar 1.200 kilómetros

La altitud máxima operativa dependía: si llevaba 2 misiles podía alcanzar 24.000 metros; 21.000 con cuatro misiles, los cuales no funcionaban por encima de 27.000 metros: no podían interceptar al avión de reconocimiento estadounidense SR-71, volaba demasiado alto y rápido para el MiG-25 y sus misiles.

El radar era muy bueno, podía seguir dos objetivos a la vez, la potencia (600 Kw) de los tubos de vacío anulaba interferencias, su alcance era de 100 km pero tenía dificultades para distinguir objetivos por debajo de 500 m por los rebotes en el suelo.

En las maniobras no podían tomar más de 2,2 g. Con los tanques llenos pesaban tanto las alas que se arrancarían con g superiores. Incluso sin combustible no podía superar 5 g, no estaba diseñado para un dogfight con un Phantom.

El avión era tan pesado que se eliminó un sistema de eyección.

El piloto dependía mucho del guiado desde tierra (GCI1), su misión era despegar, poner en marcha el piloto automático, seguir las indicaciones del controlador aéreo, disparar los misiles y aterrizar. Para esta tarea el Foxbat estaba dotado de un excelente piloto automático y sistema de comunicaciones digital controlado por un ordenador, que le suministraba información al controlador aéreo.

El Pentágono se había encontrado, de repente, ante la perspectiva de un caza soviético que podría ser más veloz que cualquiera de sus aeronaves militares. Occidente conoció por primera vez los MiG-25 en la década de 1970. Los satélites espía que acechaban los aeródromos soviéticos detectaron un tipo de aeronave que estaban probando en secreto.

Fue un caso típico de interpretación errónea, dice Stephen Trimble, editor de la revista especializada Flightglobal para Estados Unidos.

"Sobrestimaron sus habilidades en base a la apariencia; por el tamaño de las alas y las entradas de aire", dice Trimble.

"Sabían que sería muy veloz y también pensaron que podría ser muy versátil. Tenían razón sobre lo primero pero no sobre lo segundo".

Los soviéticos querían dar el salto tecnológico lo antes posible.

Bajo el mando del diseñador de aviones Rostislav Belyakov el equipo soviético se puso a trabajar.

Para volar rápido, el nuevo motor necesitaría gran empuje.

Tumansky, el principal diseñador de la Unión Soviética, ya había construido un motor, el R-15 turbojet. Pero el nuevo MiG necesitaría dos de ellos.

Además, volar tan alto generaba enormes cantidades de calor por fricción, pues la nave avanzaba contra moléculas de aire.

Construyeron la nave con enormes cantidades de acero. Cuando estás cerca de ella -con sus 19,5 metros de largo- puedes apreciar plenamente el trabajo que requirió su construcción.

El fuselaje de acero pesado es la razón por la cual ese avión tiene alas tan grandes; no es para luchar contra Estados Unidos, sino para poder mantenerse en el aire.

Pero, a principios de los 70, los responsables de defensa estadounidenses poco sabían sobre las capacidades del MiG.

Le dieron el sobrenombre de "Foxbat" (murciélago-zorro).

El MiG por el que Occidente se había preocupado tanto se acabó convirtiendo en papel mojado.

Su gran radar quedaba años detrás de los modelos estadounidensesSus grandes motores requerían tanto combustible que sólo podía volar distancias muy cortas. Podía despegar muy rápido y volar a gran velocidad en línea recta para disparar misiles o tomar fotos. Eso era todo.

Sin embargo, nada evitó que la Unión Soviética construyera más de 1.200 MiG-25; un avión de prestigio para las fuerzas soviéticas, que lo anunciaban como el segundo más veloz del mundo.

Pero la historia del MiG-25 no ha terminado. Su diseño fue modificado para crear el MiG-31, con mejores sensores, radar y motores. Y gran parte de su funcionamiento sigue siendo un secreto bien guardado.

Al fin y al cabo, ningún piloto ruso ha decido exiliarse del país y pilotar su MiG-31 rumbo a un aeropuerto extranjero.

Reacción soviética 

Belenko fue condenado a muerte por alta traición, en ausencia. Como medida colateral se limitó la cantidad de combutible con la que podían despegar los cazas que operaban desde la Isla de Sajalin, para que ninguno tuviese la autonomía de vuelo como para alcanzar algún aeropuerto extranjero ideológicamente hostil en plena Guerra Fría.

Cuando las autoridades soviéticas entendieron que Belenko había desertado y no se podía ocultar a la opinión pública, el Ministerio ruso de Exteriores dijo que el teniente se perdió y cayó en Japón, donde fue drogado por la fuerza. Se organizó una reunión con Vorontsov, el principal representante soviético en la Conferencia de Belgrado en materia de derechos humanos, un médico soviético, y un funcionario de la embajada soviética en Japón, llamado Sadovnikov que pertenecía al KGB. A su llegada le dijo: “…el gobierno soviético sabe que se perdió y fue forzado a aterrizar y que le han inyectado drogas. He venido aquí para ayudarle a regresar a su casa, con su amada esposa y su hijo!..”

Belenko lo interrumpió: “Deje de hacer publicidad. Vine a Japón de forma voluntaria”

Vorontsov finalizó. “Cuando decida regresar, simplemente llame a la embajada soviética, y será bienvenido” El oficial de la KGB puso su tarjeta sobre la mesa.

He tomado mi decisión. No voy a volver. Yo me quedaré en los Estados Unidos. No hay nada más que discutir”

El Gobierno japonés presentó un plan el 2 de octubre para devolver la aeronave en cajas desde el puerto de Hitachi y facturar a los soviéticos US $ 40.000 para servicios de encajonamiento y daños en el campo de aviación en Hakodate. Los soviéticos intentaron sin éxito negociar un retorno a través de un avión de los suyos Antonov An-22 y trató de organizar una inspección rigurosa de las cajas, pero Japón rechazó ambas demandas y los soviéticos finalmente aceptaron los términos japoneses el 22 de octubre. El avión fue trasladado de Hyakuri al puerto de Hitachi el 11 de noviembre en un convoy de remolques. Se deja en 30 cajas a bordo del buque de carga soviético Taigonos el 15 de noviembre de 1976 y llegó unos tres días más tarde a Vladivostok. Un equipo de técnicos soviéticos se le había permitido ver subconjuntos en Hitachi, y al encontrar que faltaban 20 partes, una película del vuelo a Hakodate, los soviéticos intentaron cobrar Japón US $ 10 millones. Ni el gobierno japones ni el soviético han reconocido haber sido pagado.

Un alto diplomático describió la posición soviética como "mal humor sobre todo el asunto". La CIA concluyó que "ambos países parecen ansiosos de poner el problema detrás de ellos" y especuló que los soviéticos eran reacios a cancelar una serie de próximas visitas diplomáticas ya que "es probable que sea tramitados algunos negocios útiles, y debido a la URSS, con su posición política tan pequeña en Tokio, no puede permitirse reveses en la cooperación económica soviética-japonesa ".

Exilio y vida posterior en los Estados Unidos

Su deserción causó un daño significativo a la Fuerza Aérea Soviética. El Gobierno de Estados Unidos le interrogó durante cinco meses después de su deserción, y lo empleó como consultor durante varios años a partir de entonces.

Belenko recibió asilo político por parte del gobierno estadounidense encabezado por el presidente saliente Gerarld Ford, así como un fondo fiduciario que le permitió vivir de forma confortable durante los siguientes años.

A partir de una ley del Congreso de los Estados Unidos de América promulgada el 14 de octubre de 1.980 por el entonces presidente "Jimmy" Carter, Belenko pudo solicitar la ciudadanía de los EE.UU.

En su nuevo país de residencia trabajaría como instructor de combate aéreo en Nellis durante muchos años. Residiendo en los Estados Unidos, Belenko se casó con una profesora de música de Dakota del Norte, Coral, y fue padre de dos hijos, Tom y Paul. Más tarde se divorció. Él también tiene un hijo de su primer matrimonio. Belenko nunca se ha divorciado de su esposa rusa.

Después de la desintegración de la Unión Soviética, visitó Moscú en 1995 por negocios.

Una vez instalado relató lo que sucedió la primera vez que visitó un supermercado, acompañado por agentes de la CIA. Le llamó la atención la cantidad de mercancías y la inexistencia de colas, a diferencia de lo que había vivido en la URSS. En una ocasión compró latas de alimentos, sin saber lo qué contenían, en ese monento su conocimiento de inglés era muy escaso; cuando probó su contenido le pareció delicioso, hasta que un conocido le descubrió que lo que había consumido era comida para gatos, y le respondió: "¡Es mejor que los productos enlatados para personas que se consiguen en la URSS en la actualidad!"

En la actualidad, Belenko vive en el estado de California y suele realizar negocios con Rusia, aunque no con su nombre verdadero.

https://aeronauticapy.com/2022/09/06/viktor-belenko-el-hombre-que-puso-en-vilo-la-seguridad-mundial/

https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-37349774