El 4
de septiembre a las 12,56 h. UTC (14,56 hora española) despegaba del aeropuerto de Jerez el avión
Cessna 551 Citation II, con un piloto y tres pasajeros: el presidente de
Aviones Medicalizados Quick Air y su familia, que regresaban de pasar una
temporada, como hacían varias veces al año, en Zahara de los Atunes (Cádiz). Su
destino era Colonia (Alemania)
El
avión tenía más de 40 años de antigüedad. Comenzó a dar problemas sobre Toledo,
una hora después de despegar del
aeropuerto de Jerez. Según EL MUNDO, de fuentes de ENAIRE, dos cazas de alerta
temprana despegan de la Base de Torrejón de Ardoz para escoltarlo pero sin
lograr comunicarse con él.
La
aeronave mantiene su vuelo en línea recta pero sin contacto radio, y a la
velocidad de crucero.
Sobrevolando
Francia el piloto emitió un mensaje y entre lo poco que se le pudo entender fue
algo relacionado con la despresurización de la cabina.
Poco
más tarde, el piloto dejó de comunicarse con los centros de control por lo que
se activó el protocolo establecido por la OTAN para casos de emergencia.
Aviones franceses de Permanence Operationelle, como Eurofighter alemanes y F-16
daneses, según el país que sobrevolara se sustituían entre ellos, despegaron
para tratar de contactar con el avión del presidente de Quick Air y su familia.
Según el sitio de noticias alemán Bild.
Aviones
alemanes, españoles y húngaros, destacados los primeros en Estonia y éstos en Lituania,
como Policía Aérea del Báltico, salieron a su encuentro según la Fuerza Aérea
Lituana. El avión pasó cerca de la isla sueca de Gotland, pero, Flighradar24
lo enumera perdiendo altitud y velocidad rápidamente a las 17,51 horas UTC
Los
pilotos de los cazas de la OTAN declararon que cuando se acercaron a la
aeronave, la cabina se encontraba vacía.
Aquí surge
la sospecha de que, a causa de esa despresurización, los ocupantes de la misma
hubiesen perdido el conocimiento. Surgen más dudas porque, según la trayectoria
del vuelo, hizo dos desviaciones: una en las proximidades de París, y otra
cuando se acercaba a Colonia, su destino. Sin embargo no aterrizó. Continuó en línea
recta atravesando Alemania, entrando en al mar Báltico hasta que comenzó a
realizar giros hacia la izquierda, perder altitud y acabó estrellándose en el
mar frente a las costas letonas. Despareció del radar del Servicio de Rescate
de Suecia y se estrelló enfrente de la localidad de Ventsplis. Helicópteros y
barcos suecos salieron al rescate. Un barco del ferry Stena Line también se
dirigió hacia allí.
Esos
indicios apuntan a que consumió todo el combustible. Al estar el piloto sin
conocimiento, no pudo hacerse con el control del aparato.
Las
autopsias y la investigación en los restos del aparato aclararán lo sucedido.
Según medios
alemanes, el avión recorrió cerca de 2.000 kilómetros desde que reportó
problemas hasta que se estrelló frente a Letonia, controlado por el piloto automático
y sin contacto radio. Y fueron muchos los intentos de contactar con el avión
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